El arcoíris después de la lluvia.

A medida que fui creciendo me fui dando cuenta que el sentirme apagada a veces no es normal, al principio pensaba esto se me pasaba y cualquier cosa me afectaba en desmedida, decía es que soy demasiado delicada, pero no.

Comencé a descuidarme a mi misma, no me peinaba, ni me arreglaba, decidía no salir y prefería quedarme durmiendo así evitaba que la gente o las personas cercanas me preguntaran que es lo que estaba sucediendo conmigo.

Es mi posición ante mi situación no he hablado esto con nadie porque no creo que puedan entenderme, nadie puede sentir lo de los demás, solo una pizca de empatía y ya está.

Me he alejado de la gente por cosas que posiblemente se puedan hablar, pero la verdad no quiero solucionar los temas, prefiero ser de las personas que se alejan y dan el tema por zanjado, así evito problemas.

Otra cosa que me molesta es que no soy capaz de decirlo lo que siento, prefiero llorar o callarme aun así no puedo expresarme menos decir que no puedo hablar en público, aún recuerdo una exposición en la que llore al ver que todos me observaban.

Decidí un día no sentirme más así, y comencé a trabajar en ello, cada día cuando me sentía de esa manera “apagada” yo buscaba algo que hacer, como leer o un jueguito en el celular, cualquier cosita que aunque muy pequeña hacia la gran diferencia, a medida que fueron pasando los días, me di cuenta que no me sentía igual que el primer día que comencé a cambiar, ya no daba tiempo a sentirme así, debido a que buscaba algún oficio o labor, mantenía mi mente ocupada y por muy duro que fuera y aunque a veces me desanimara y no quisiera hacer nada podía ante todo mi voluntad para poder salir adelante diciéndome cada día “yo puedo”.

Con respecto a la interacción social, no es algo que me guste mucho, pero evito ser grosera o altiva, puesto que aleja demasiado a la gente y no es lo que se busca, he intentado compartir momentos especiales con personas cercanas a mi y he decidido dejar de alejarlos de mi vida e incluirlos haciendo de ellos seres importantes y no menospreciándolos de ninguna manera, ya que al comenzar a demostrar el amor y el afecto ellos comenzaron a abrir sus corazones hacia mi para poder entenderme y ayudarme en todo lo que sea posible.

No obstante, cada lluvia tiene su arcoíris, a pesar que no fui con un profesional a hablar, comencé a quererme más, me cuidaba me arreglaba, me dedicaba tiempo a mí misma cosa que antes no hacía y cuando no tengo nada que hacer busco algún hobbies o tema en específico.

 

Hoy en día me siento mucho mejor, aunque a veces me sienta de esa manera es muy poco y de igual manera ya se la solución no me dejo llevar por ese sentimiento, he conocido mucha gente que me ha ayudado haciéndome sentir muy bien incluso mi familia me apoya y me quiere demasiado, muchas veces no notamos que con nuestra actitud podemos afectar a las personas que nos quieren y que de alguna manera nos quieren ayudar de todo esto aprendí a tener amor propio que no debemos echarnos a morir ni pensar tanto las cosas que no nos hacen bien, siempre abra una persona que dará todo por vernos feliz que nos apoyara en todo, la depresión y la tristeza no nos llevan a nada bueno solo nos aleja de nosotros mismos, debemos acercarnos más a DIOS él nos dará las respuestas a nuestras preguntas, pondrá siempre todo en su lugar muchas veces nos alejamos de el y lo culpamos de todo lo que nos pasa lo que no sabemos es que solo el tiene la respuesta a lo que nuestro corazón anhela